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Duques



El viento reposaba en el suelo árido de las calles, la temperatura se había alzado sorpresivamente, los pasillos de la facultad frescos y protegidos dejan de serlo para tornase sofocantes y densos.
Demian camino por horas y su último sitio había sido el salón de clases, literatura fué relajante por primera vez en todo el semestre. La sensación de ambigüedad se alzo mas incomoda al salir del recinto y sentir el calor, su mirada se desvió al vera Julia que se arrimó a si derecha.
-Demasiado por un día...- añadió luego de un prolongado suspiro.
Demian junto los brazos lo mas que pudo para que su compañera no distinguiera la marca de su larga caminata.
-Invitáme algo- ofreció él.
-Te helado- contesto ella.
-Tengo mucho mas que hacer- mentía seguramente, pero se moría por escuchar una segunda petición que reforzara su oferta.
-Bien helado- suficientes palabras para conformarlo, consiguió lo que quería al oír que ella había cedido. Esa sensación de superado, se hacia implacable se regocijó de ansiedad.
Los dos caminaron unas cuadras a la par, no cruzaron muchas palabras en el camino, no había mucho que decir. Vacías de cartón, camuflaron las desgastadas y sobreentendidos intereses.
-Acá es...- indico Julia. Sacó las llaves del bolso.
El ascensor rezaba un cartel de descompuesto. Ambos lo miraron fijamente, del rostro de Demian se deslizaba una gota de transpiración de su frente a sus mejillas rojizas. Julia se quito los tacos altos, tomo los zapatos de color negro y se dirigió a las escaleras aprisa.
-Ven- indicó decidida e imperativa, no pareció molestarle, Demian obedeció.
Abrió una puerta señalada por privado, y detrás de ella se erguían las escaleras que los conducirían al quinto piso.
Julia subía a paso vivo, sin decir una sola palabra, Demian la seguía sonreía en algunas ocasiones sorprendido por la energía de su guía.
Su pecho comenzó a agitarse hasta empezar a sentir afiebrado su espalda y sus piernas. Las paredes blancas reflejaban la luz que ingresaba desde las ventanas pequeñas alojadas en las paredes a lo alto de cada piso.
Los pasos de Julia se marcaban entre el silencio, la agitación de Demian comenzó a elevarse, sentía como sus piernas lagrimeaban lentamente. Un te helado no seria tan mala idea después de todo.
Cada uno llevaba una carga, el un morral y ella un bolso negro que combinaba con su camisa negra, se desabotono dos botones, él la miró hacerlo. El cuarto y ultimo piso, sus alientos ya eran gemidos de cansancio y desosiego. Hasta que el ultimo escalón propulso a Demian que se arrojo sobre Julia por la espalda y la tomó por las caderas llevándola hasta el muro, dió vuelta su cuerpo y sostuvo su rostro y le besó los labios húmedos con fuerza y violencia. Desaforadamente se mordieron los labios. El bolso y así también el morral terminaron en el suelo del pasillo abandonados.
Luego de vueltas y giros sobre las paredes del apartamento, los cuerpos sin descanso se desplomaron sobre un sillón negro que adornaba ocasionalmente la sala. El cuero negro emitía calor refulgente que hacia arder aun mas los cuerpos enjaulados de deseo. El sudor de Demian era ácido e intenso y a pesar de ello Julia se impregno de el y recorrió con su barbilla su cuello, excitada por el perfume espeso. Sus ropas se arrancaron y cayeron pesadas al suelo por el peso de su humedad. La brutalidad los poseyó... había brazos y piernas casi vestidas que se movían indefinidamente. Sus cuerpos destilaban hedor de lujuria e insatisfaccion saciada, su sangre hervía emanado de sus poros un vapor rojizo que cubrió la sala, hasta la alcoba. El infierno es abrumador, el infierno es encantador. Se desplomaron en la cama...
-No te quietes las medias!- dijo ella, no hubo objeción.
Los contornos de la cama se tornaron difusos, sus dedos recorrieron cada ínfima pulgada, sus yemas enardecidas marcaban la piel rociada dejando el bello erizado. Brotaban del suelo pilares de magma ardiente y columnas de fuego batieron las puertas a cenizas. El sabor de su cansancio se torno en galones de ambrosía de donde bebieron horas y horas... calmar su deseo infinito, su piel se torno una masa indisoluble de placer, así... sus alamas perturbadas se durmieron... y sonrieron el reposo.  Las sabanas se tornaron color marfil y sus labios besaron frío. El silencio volvió a reinar.
Julia abrió sus ojos, sorprendida por la oscuridad escucho bocinasos desde el exterior. El manto de la noche había caído sobre le día, pudo sentir la tibieza de sus manos. Pero junto a su silueta no había mas que sabanas marfil enredadas con marcas de su respiro. Escucho la puerta abrirse del todo y la figura desnuda de Demian sonreír desde el cuarto de baño.



3 comentarios:

MAo

Una de cal y una de arena!. Eso de las sabanas marfil no se si lo entendi, pero me parecio una gran metáfora.
Che enano te das cuenta como esto del arte nos une y nos masfica, pensar que todo empezo cuando yo quise emular a un ex amigo y ahora somos todos artistas y estamos re afilados! que barbaro!
Que genial es la vida, como cambia todo!!
Te quiero hermano, sobretodo por que sobrevives a mis tempestades, no muchos lo logran!
OS amo!

MAo

Debo elevar una queja: He observado que ha desaparecido la lista de blogs que usted sigue y entre ellos, claro, el mio, que no es que sea importante, pero es mio y para mi narcisismo si es importante que mi blog sea conocido y leido. Ademas del punto irrebatible de que escribo cosas que son dignas de ser leidas ¬¬
Espero pronto vuelva la lista de blogs, recuerde que su blog esta entre mi lista de blogs, querido y no es gratis. Recuerde que estamos negociando, siempre!
Cordial y afectuosamente QBSM Elegantemente tarde

EscamaRoja

Querida Mao, gracias por tus palabras...tan cierta tan ciertas -.-
yo ya lo sabia pero no decía nada.
El que calla otorga.
Soy inconsciente de la ausencia de los favoritos, los ignore por completo los olvide lo siento los recuperare a la brevedad.
Sepa ud disculpar mis errores, llegaremos a una tregua seguro.
Pagare Pagare os lo prometo!
COrdila y mas asfectuosamente El Supremo Señor del Fuego.

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