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Gire tu seib de dei!!!!!!
Super Lllamaaa.....!!

Duques



El viento reposaba en el suelo árido de las calles, la temperatura se había alzado sorpresivamente, los pasillos de la facultad frescos y protegidos dejan de serlo para tornase sofocantes y densos.
Demian camino por horas y su último sitio había sido el salón de clases, literatura fué relajante por primera vez en todo el semestre. La sensación de ambigüedad se alzo mas incomoda al salir del recinto y sentir el calor, su mirada se desvió al vera Julia que se arrimó a si derecha.
-Demasiado por un día...- añadió luego de un prolongado suspiro.
Demian junto los brazos lo mas que pudo para que su compañera no distinguiera la marca de su larga caminata.
-Invitáme algo- ofreció él.
-Te helado- contesto ella.
-Tengo mucho mas que hacer- mentía seguramente, pero se moría por escuchar una segunda petición que reforzara su oferta.
-Bien helado- suficientes palabras para conformarlo, consiguió lo que quería al oír que ella había cedido. Esa sensación de superado, se hacia implacable se regocijó de ansiedad.
Los dos caminaron unas cuadras a la par, no cruzaron muchas palabras en el camino, no había mucho que decir. Vacías de cartón, camuflaron las desgastadas y sobreentendidos intereses.
-Acá es...- indico Julia. Sacó las llaves del bolso.
El ascensor rezaba un cartel de descompuesto. Ambos lo miraron fijamente, del rostro de Demian se deslizaba una gota de transpiración de su frente a sus mejillas rojizas. Julia se quito los tacos altos, tomo los zapatos de color negro y se dirigió a las escaleras aprisa.
-Ven- indicó decidida e imperativa, no pareció molestarle, Demian obedeció.
Abrió una puerta señalada por privado, y detrás de ella se erguían las escaleras que los conducirían al quinto piso.
Julia subía a paso vivo, sin decir una sola palabra, Demian la seguía sonreía en algunas ocasiones sorprendido por la energía de su guía.
Su pecho comenzó a agitarse hasta empezar a sentir afiebrado su espalda y sus piernas. Las paredes blancas reflejaban la luz que ingresaba desde las ventanas pequeñas alojadas en las paredes a lo alto de cada piso.
Los pasos de Julia se marcaban entre el silencio, la agitación de Demian comenzó a elevarse, sentía como sus piernas lagrimeaban lentamente. Un te helado no seria tan mala idea después de todo.
Cada uno llevaba una carga, el un morral y ella un bolso negro que combinaba con su camisa negra, se desabotono dos botones, él la miró hacerlo. El cuarto y ultimo piso, sus alientos ya eran gemidos de cansancio y desosiego. Hasta que el ultimo escalón propulso a Demian que se arrojo sobre Julia por la espalda y la tomó por las caderas llevándola hasta el muro, dió vuelta su cuerpo y sostuvo su rostro y le besó los labios húmedos con fuerza y violencia. Desaforadamente se mordieron los labios. El bolso y así también el morral terminaron en el suelo del pasillo abandonados.
Luego de vueltas y giros sobre las paredes del apartamento, los cuerpos sin descanso se desplomaron sobre un sillón negro que adornaba ocasionalmente la sala. El cuero negro emitía calor refulgente que hacia arder aun mas los cuerpos enjaulados de deseo. El sudor de Demian era ácido e intenso y a pesar de ello Julia se impregno de el y recorrió con su barbilla su cuello, excitada por el perfume espeso. Sus ropas se arrancaron y cayeron pesadas al suelo por el peso de su humedad. La brutalidad los poseyó... había brazos y piernas casi vestidas que se movían indefinidamente. Sus cuerpos destilaban hedor de lujuria e insatisfaccion saciada, su sangre hervía emanado de sus poros un vapor rojizo que cubrió la sala, hasta la alcoba. El infierno es abrumador, el infierno es encantador. Se desplomaron en la cama...
-No te quietes las medias!- dijo ella, no hubo objeción.
Los contornos de la cama se tornaron difusos, sus dedos recorrieron cada ínfima pulgada, sus yemas enardecidas marcaban la piel rociada dejando el bello erizado. Brotaban del suelo pilares de magma ardiente y columnas de fuego batieron las puertas a cenizas. El sabor de su cansancio se torno en galones de ambrosía de donde bebieron horas y horas... calmar su deseo infinito, su piel se torno una masa indisoluble de placer, así... sus alamas perturbadas se durmieron... y sonrieron el reposo.  Las sabanas se tornaron color marfil y sus labios besaron frío. El silencio volvió a reinar.
Julia abrió sus ojos, sorprendida por la oscuridad escucho bocinasos desde el exterior. El manto de la noche había caído sobre le día, pudo sentir la tibieza de sus manos. Pero junto a su silueta no había mas que sabanas marfil enredadas con marcas de su respiro. Escucho la puerta abrirse del todo y la figura desnuda de Demian sonreír desde el cuarto de baño.



Salida



La noche se torno fría y mis manos se enfrian, siento el sabor del vino blanco en mi garganta. Eliana esta apoyada sobre la puerta del acompañante del auto, fuma un cigarro... Lo sostiene entre sus delgados dedos marfil, el filtro esta manchado con rojo de su labial. Tiene el cabello recogido, brilla bajo el sol de las estrellas. Su rostro esta tenso y me esboza una mirada de intranquilidad.
Me ve salir de la casa, la puerta de madera se cierra detrás mio. Se incorpora y rodea el auto hasta llegar al otro lado. Le sigo con mías manos en mis bolsillos. No tarda en mirarme a los ojos y decirme:
-Tu hermano lo sabe- mi garganta se seca repentinamente
-...que-
-Sebas lo sabe.- sus mejillas estaban rojizas por el frío.
-...Como, no... que paso? Como se entero? - Eliana se quito los lentes de sol, su ojo derecho tenia un moretón liliáceo.
-Que tenés ahí? El te hizo eso??!! EL te lo hizo... contestáme! Hijo de puta!!- me voltee para volver a entrar, comencé a entibiar las manos.
Me sostiene del saco me sujeta de las mangas...
-Para imbécil! que vas hacer Ariel??! No te das cuenta? Es lo menos que me merezco, lo estoy cagando endentes?? Lo estoy gorriando, te acordás?- me detuve, tenia sentido, si hubiera sido yo, la hubiera matado. No se que pensar no se que decir... no se como reaccionar. Nos quedamos callados sin mirarnos, la arrimo para cruzar mis brazos sobre ella.
-No...- dos letras una sola silaba tan punzante.
Vuelvo a meter las manos en los bolsillos. Siento frío de nuevo.
Como pudo enterarse? Sospechaba? Ella lo hizo notar? Me olió en ella? Se dio cuenta por el cepillo de dientes? Se hizo insaciable...
Tomo su rostro con mi mano para poder ver la marca, su ojo esta irritado todavía. No reconozco si fue una bofetada o una ...trompada.
-Hijo de puta como pudo?- susurro
-Eso es lo mismo que yo me pregunte... infeliz hijo de puta como pudo-la puerta se golpeo tras el.
-Fue una piña si, si eso es lo que te preguntas. Vos vas a quedar peor descuida.-Sebastian salio de la casa, fue bastante estúpido salir nosotros dos solos por mas que sea a fumar. Se dio cuenta.
-No te conformas con tus juguetes que agarras los mios? Sos una mierda pendejo, soy tu medio hermano pero soy tu hermano!- se acerca y frente a mi me escupe en la cara con sus palabras.
-Te chupo un huevo no?- me empuja, Eliana esta detrás de mi.
-Para Sebas!-
-Vos te callas! o querés otra?- le alzo la mano y la amenaza con golpearla de nuevo, hacélo de nuevo por favor, estoy rogando lo haga de nuevo.
-Soy el macho pistola que me cojo al la minita de mi hermano, no?-me empuja otra vez, espero lo haga una tercera vez.
-Contestáme basura!!-alza la voz todavía mas.
Donde tengo los cigarros? En el bolsillo del saco o en el pantalón? No tengo fuego.
-Basta Sebas por favor!!-Eliana esta nerviosa, creo que no sabe a quien decirle que pare.
-Calláte vos puta!! calláte!!-alza la mano de nuevo, eso quería.
Le agarro del cuello y lo levanto, pierde el equilibrio, Sebastian se cae al suelo tropezando con sus propios pasos torpes no se esperaba una reacción.
Caigo sobre él, y mas bien entona palabra le golpeo, una vez tras otra cada vez que lo hago deseo continuar hasta cansarme. Oigo de fondo musical los gritos de Eliana. Los brazos de Sebastian están inmobiles. Me detengo... yo debería ser el golpeado. Una bocanada mas de aire y me incorporo, su nariz sangra mis manos tiene su sangre. Eliana se agarra la cabeza y esta quieta a centímetros de mi.
No puedo pensar en nada, veo gente salir de la casa, gritando y haciendo ruido... ya estoy cansado.
Me agacho para revisarle el saco, en el bolsillo de dentro hay un encendedor de plata que le regalo papa. Tenia los cigarros en el bolsillo frontal del saco. Están arrugados y doblados, que mas da, un pucho es un pucho. Lo enciendo... no sabe bien.
Le arrojo el encendedor junto a la cara. Le doy la espalda. Camino unos metros, hasta que mi ceniza no cae mas.
Siento un trueno traspasarme el pecho, un ardor incesante desde la espalda, mi camisa salmón se humedece, siento una tibieza en la piel, hasta se torna rojiza.
Mis rodillas aterrizan sobre el asfalto. No escucho nada, giro el cuello hacia Eliana, se cubre el hombro que sangra. Su figura se torna difusa, quiero decir su nombre pero mi boca no se mueve, que es esto?
Me resulta gracioso, al mismo tiempo. Quisiera abrazarla. Que nostalgia, deberías haber venido con migo. Un segundo golpe me atraviesa. No siento mi cuerpo.
Mi suspiro deletrea su nombre...
Persigo lo que no es mio y recibo menos de lo que debo. Creo que es tarde para mas de eso...esta es mi salida.



Pirate Evil Duck...!!!


........esto de que el pato gil este se haga de todo, es alpinista, es negro, es hasta traba, de verano de invierno como sea!! Y se hace el sei con el parche ese...que te pensas q sos pato maraca!!! Que te haces el canchero??!! Te voy a rostizar las patas!!!

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